Ambos conjuntos llegaron a este compromiso con una victoria (ante Gran Bretaña) y tres derrotas (Islandia, Francia y Suecia), pero como los tunecinos tenían mejor diferencia de gol el empate los favorecía. Y esto también terminó siendo un factor en los momentos más apretados.

A partir de ese momento, el seleccionado mostró otra cara y, poco a poco, comenzó a emparejar el desarrollo y el tanteador gracias a la efectividad en ataque y las atajadas de Matías Schulz. Los africanos pidieron tiempo cuando la diferencia ya era la mínima (6-7), Diego Simonet puso por primera vez arriba a los Gladiadores (9-8) y fue tanto a tanto hasta el descanso, que los encontró igualados: 12-12.

Argentina arrancó el complemento con pérdidas, lanzamientos forzados, una floja defensa y, a los 10 minutos, Gallardo se vio obligado a parar otra vez el reloj cuando la diferencia era de cuatro (14-18). Este mal inicio fue clave en el resto del duelo.

De la mano de los hermanos Diego y Sebastián Simonet, el seleccionado volvió a ponerse en juego pero promediando el segundo tiempo sufrió la importante baja por tercera exclusión de Gonzalo Carou (la última decisión arbitral fue equivocada). Luego, Túnez también vio una roja por una violenta infracción de Jaleleddine Touati.

Argentina entró a los 10m finales abajo por tres (18-21) y sabía que el empate no le servía. Diego Simonet (goleador del equipo con seis tantos) achicó la diferencia a dos (20-22), los africanos pidieron minuto, Federico Vieyra puso el duelo a tiro (21-22) y Anouar Ayed erró un penal. Se encendía la ilusión...

Los Gladiadores tuvieron dos veces el empate en la misma jugada, pero no pudieron y Túnez aumentó (21-23) desde los siete metros por Aymen Toumi. Luego, a solo dos minutos, Amine Bannour llevó a tres la ventaja (21-24) y, pese a terminar con uno más el encuentro, Argentina no pudo dar vuelta la historia.